Hay momentos para todo.
Si creías que la cosa iba a quedar como lo dejé en mi anterior entrada, estabas equivocado. ¿De qué serviría ponerse profundo si todo acabara ahí? Probablemente de nada. Las grandes ideas son cosa de hombres y mujeres y la vida se ha defendido perfectamente sin nosotros durante millones de años. Lo que no impide que aquí nos haya puesto. Pero esa es otra historia.
La cuestión es que una vez que has descubierto el verdadero entramado de la vida, ya no hay marcha atrás. Es la mala y la buena noticia. Nada volverá a ser igual.
Lo cual nos lleva a la siguiente y no menos peliaguda cuestión.
Entonces, ¿qué podemos hacer?
Si de algo sabe la vida es de acción. Una acción desenfrenada que genera cuanto existe, lo veamos o no. Es cierto que no estamos habituados a esta nueva visión. Que puede desconcertarnos. Que acostumbrados a ir con el piloto automático en modo sobrevivir, tomar las riendas de nuestra vida cuesta. Pues sí. No te lo voy a negar. Y entre otras cosas, porque ni hay riendas que asir, ni se trata sólo de nuestra minúscula porción de vida, ni tenemos muy claro hacia donde ir.
Pero precisamente por eso, con ser imprescindible, lo de menos es ponerse objetivos y lanzarse a hacer por hacer. Únicamente un estilo de vida alineado con la Vida nos pone en el camino. Y este es el trabajo que exigirá de toda nuestra capacidad e intuición. Este es para mí, el gran trabajo de la bioconstrucción: convertirse en un estilo de vida.
Un estilo de vida capaz de no perder de vista el alcance de nuestras acciones en el entorno glo-cal, centrado en resolver dignamente cuestiones básicas como la alimentación, el vestido o la casa. Un estilo de vida digno, participativo, eficiente y austero.
Imagina por un momento el impacto de un estilo así en cuestiones como la gestión del territorio, en el uso de los recursos naturales, en la organización social, en tantas y tantas áreas.
Sólo un esfuerzo más. Visualiza cómo sería el hogar de quien quisiera vivir así.
¿Se parecería tu hogar al que has imaginado?
Si con tu última respiración se te escapa una sonrisa, este es un buen sitio para ti.
Vuelve por aquí. Te gustará.
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